El tiempo, esa entidad inmutable y constante, parece desaparecer en instantes que llamamos mágicos. Son momentos en los que la urgencia y la angustia se diluyen, y todo fluye en una armonía inesperada. Para los ejecutivos, estos momentos de suspensión de la realidad son tan raros como valiosos.
Los grandes planes de futuro, tanto personales como empresariales, nos mantienen ocupados y enfocados. Pero hay momentos en que el tiempo parece volver abruptamente a nuestra conciencia, y nos sentimos abrumados, con el síndrome de burnout o el síndrome FOMO por poner algunos ejemplos.
Necesitamos vías de escape, estrategias para lidiar con nuestro día a día, para afrontar los próximos días. Y esto no sólo se aplica al ámbito empresarial sino también al personal. Un reciente estudio del Grupo Adecco para perfiles de Top-Management & Executive ha revelado una preocupante realidad en el ámbito laboral español donde una gran proporción de directivos españoles ignora las medidas de prevención en salud mental para él y para sus equipos.
El estudio ha evidenciado una considerable brecha entre la percepción de los directivos sobre la salud mental y las prácticas reales. Aunque la mitad de los directivos se considera mentalmente saludable, un 36,94% admiten experimentar fluctuaciones emocionales, especialmente durante períodos de alta carga de trabajo, un 3,10% reconoce el empeoramiento de su estado mental tras la pandemia por no citar la ansiedad que produce vivir en una continua incertidumbre con un obligado aprendizaje continuo en el que muchas de los conceptos no los interiorizamos al ritmo que pasa. El auge de la inteligencia artificial, la blockchain, IoT y cómo éstas pueden transformar nuestro negocio, no son ingredientes fáciles de digerir en un primer momento.
¿Qué hacer para enfrentar estos desafíos? ¿Cómo podemos encontrar un equilibrio entre la ajetreada vida profesional y tener paz a nivel personal? La respuesta no es sencilla, pero puede alcanzarse el equilibrio.
Derribar la creencia de que ir a terapia no es sólo para personas con problemas mentales graves. Ir a sesiones de coaching/mentoring puede ser una valiosa herramienta para el directivo que busque más bienestar emocional. En algunos casos, estas sesiones pueden ser conducidas incluso por altos directivos entendiendo perfectamente la situación en la que el empresario pueda tener. Según Mar Meneses, ejecutiva en diversas empresas y psicóloga, es posible acompañar en los procesos estratégicos de la empresa teniendo en cuenta la inteligencia emocional.
No siempre es fácil abrirse a los demás sobre nuestras luchas internas, pero a menudo descubrimos que nuestros colegas están pasando por situaciones similares. La sensación de soledad del ejecutivo puede ser aliviada por este entendimiento. Y no se trata sólo de tener una fuerte mentalidad empresarial, sino de tener una mentalidad equilibrada y consciente. Esto significa ser consecuente con nuestras emociones y entender cómo afectan a nuestro comportamiento y decisiones.
Por último, encontrar un equilibrio entre nuestra vida profesional y personal es vital para liderar una vida de éxito y satisfacción. A menudo encontramos que nuestros días más ajetreados no nos dejan demasiados recuerdos, como si el tiempo hubiera pasado sin dejar huella y se hubiera perdido para siempre.
Trabajar en nuestro bienestar emocional y aprender estrategias para recuperar el control de nuestro tiempo y nuestras vidas no es una asignatura que sea necesario aprobar a marchas forzadas, debería ser una asignatura obligatoria. En última instancia, la película de nuestra vida se rueda en nuestra cabeza, y depende de nosotros realizarla una obra maestra.
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